¿cómo podemos valorar objetivamente una traducción de calidad?
A las decenas de traductores automáticos gratuitos que podemos encontrar en el mercado sólo podemos agradecerles que, en determinado momento, nos hayan facilitado una traducción que no requería demasiada exigencia. Como os contábamos en este artículo, los traductores online, hoy por hoy, son lo que son y sirven para lo que sirven.
Sin embargo, cuando hablamos de una traducción de textos de calidad profesional para proyectos empresariales serios, de textos y declaraciones judiciales o de localizaciones de soportes digitales de organismos e instituciones de referencia, debemos exigir al traductor de dichos contenidos unos estándares de calidad que marquen la diferencia que requieren.
Criterios objetivos para valorar una traducción de calidad
Teniendo en cuenta que algunos autores consideran un arte la traducción de textos – y que este componente artístico puede ser valorado subjetivamente – existe una serie de criterios objetivos de calidad que se puede aplicar para valorar la traducción de un texto de un traductor profesional. Algunos de los más destacables serían los siguientes:
1. El contenido del texto de destino (o texto traducido) debe ser idéntico al texto original.
En este punto, entendemos “contenido” como el mensaje o idea fundamental que pretende transmitir el texto que se va a traducir. Dependiendo del lenguaje empleado en el texto madre, una traducción literal, por ejemplo, puede llegar a desvirtuar el contenido final de la traducción o, en el “mejor” de los casos, hacer ininteligible la traducción. Esto es muy habitual en traductores online gratuitos que no son capaces de distinguir matices del lenguaje o referencias y particularidades culturales.
2. Una traducción de calidad profesional debe gozar de una ortografía, ortotipografía y gramática impecables.
3. El traductor debe emplear la terminología propia de cada sector.
El traductor profesional debe asegurarse en todo momento de utilizar la terminología correcta para cada proyecto. Para ello, dispone de bases de datos terminológicas que le permiten conocer la terminología adecuada de cada sector.
4. Reflejar perfectamente el estilo y registro del texto original en la lengua a la que se traduce el texto.
5. Las fechas, números, referencias y nombres propios deben coincidir exactamente en el texto original y la traducción.
6. En caso de que el texto contenga gráficos o esquemas, los contenidos de estos deben mantener el formato original, reflejando el mismo contenido o mensaje de los gráficos o esquemas originales.
7. Cumplir con el plazo estipulado de entrega.
Aunque pueda parecer una obviedad, cualquier trabajo bien realizado sólo lo es si se entrega a tiempo.
Conseguir una traducción de calidad no es una labor sencilla. Más allá de estos criterios básicos evidentemente exigibles a cualquier profesional de nuestro sector, el principal objetivo de un traductor profesional debe ser mantener el significado y tono del texto original.
Os podréis imaginar la importancia de una traducción de calidad en la redacción de un contrato millonario, o lo importante que puede llegar a ser para un imputado en un juicio la calidad de la interpretación que de su testimonio haga un profesional de la interpretación simultánea.
En las agencias de traductores e intérpretes profesionales somos conscientes de la meticulosidad que requieren todos y cada uno de nuestros procesos de trabajo. La clave de una buena traducción consiste en entender e interiorizar el contenido que expresa un texto y ser capaz de trasladarlo al lenguaje y cultura meta. En realidad, el traductor crea un texto nuevo y, por ello, muchos autores consideran que la labor de un traductor está tildada de cierto componente literario e, incluso, artístico.
De hecho, en ocasiones, los traductores profesionales asumen que, para crear un texto adecuado al lector objetivo, tienen que, en cierto modo, alejarse del texto original. Conceptos, quizá, complicados que abordaremos en próximos artículos.
Esperamos que éste os haya resultado interesante.